¿Crees que eres la mujer perfecta? Seguro que no. Pero a veces crees que eres perfecta. Sin embargo, el hecho de tener vagina no te hace una diosa del sexo. Hay tambiĂ©n mucho en el cerebro, asĂ que mira quĂ© errores estás cometiendo en relaciĂłn al sexo.
No llevar protecciĂłn
Eres una mujer del siglo XXI, asĂşmelo. AsĂ que si quieres tener sexo, puedes tenerlo cuando quieras y como tĂş quieras. Y lo mismo para los hombres. Pero no creas que porque Ă©l es el hombre, es quien deberĂa llevar los preservativos.
Asà que cuando salgas de fiesta, o en cualquier otra ocasión, lleva también los tuyos. Él no pensará que eres una zorra, sino que te quieres cerciorar de que lo que tendréis es una buena sesión de sexo seguro. Libre de enfermedades y embarazos no deseados.
DepilaciĂłn, ¿sĂ o no?
Este es un tema escabroso, porque hay opiniones de todos los gustos. Pero no nos estamos refiriendo solamente a la depilación púbica, sino también al resto del cuerpo. Piensa que como en muchas otras cosas, la cuestión está en el equilibrio.
Si te depilas o no, tiene que ser porque tú estás de acuerdo. Pero ten en cuenta que en esta cuestión, el error es asumir que los hombres lo quieren todo depilado. Ante todo, lo que ellos quieren es que tengas los bajos limpios y aseados, el resto, ya es cuestión de gustos. Porque igual tú te arriesgas porque crees que eso es lo que gusta a los hombres, te haces una depilación completa y puede resultar que la pareja de turno, prefiere un tupido arbusto. Y encima a ti te picará cuando crezca.
Pero vamos, que si tĂş quieres dejarte crecer los pelos del sobaco y seguir la moda de tintarlos en color pastel, pues nada, sobacos de colores para todo el mundo.
La ropa interior
Tema complicado cuanto menos. Ya lo decĂa Bridget Jones: llevar una faja aumenta la posibilidad de tener sexo esa noche. Pero el inconveniente es que Ă©l lo verá.
El error que se comete es que estás tomando decisiones en funciĂłn de lo que le gusta a tu pareja. SĂ, es verdad que quieres gustarle, pero siempre puedes encontrar un tĂ©rmino medio. AsĂ, puedes encontrar lencerĂa que sabes que le va a gustar a Ă©l, pero que además tĂş te ves preciosa, y no es tan incĂłmodo. A la primera persona que debes impresionar es a aquella que ves en el espejo todos los dĂas.
Es decir, nada de llevar las bragas de los domingos, esas que tienes con agujeros, o las que llevas cuando tienes la regla. Piensa en cada momento como que es una ocasiĂłn especial.
Actitud
No pienses que le estás haciendo un favor. No hay que pasarse de confianza. Muchas mujeres piensan que si dejan meterse en su cama a un hombre, es porque ellas son magnánimas y es un favor hacia ellos.
El sexo nunca debe utilizarse como moneda de cambio, sino que es algo que ambos queréis. En la cama sois iguales, debéis querer lo mismo, asà que si estás pensando que el hombre debe estar agradecido porque tú has permitido que se acueste contigo, igual la que está perdiendo eres tú.
Preocupaciones sobre el fĂsico
Vale, te has aseado y te has preparado todo lo que consideras necesario para tener sexo esa noche. Pero un error muy comĂşn que se comete, sobre todo las primeras veces con una pareja, es tener esos pensamientos de "estoy gorda", o "no le voy a gustar", porque si habĂ©is llegado hasta ahĂ, es porque precisamente le gustas.
Esa inseguridad te quita puntos, sobre todo en la cama. Hace que pierdas atractivo, y que el otro no estĂ© seguro sobre cĂłmo reaccionar. AsĂ que, ¡complejos fuera! Deja los complejos con tu ropa interior, porque ya en pareja, no los vas a necesitar.
Y ojo, si estás tan acomplejada, soluciónalo. No por el qué dirán, sino por ti, para sentirte mejor contigo misma.
No experimentar
Piensa esto: SĂłlo se vive una vez. ¿De verdad que, por miedo, no quieres probar eso de lo que hablan tanto? Y no nos estamos refiriendo a eso que llama sadomasquismo en "50 sombras de Grey", sino a cualquier cosa que te apetezca. Es un error muy comĂşn no atreverse a experimentar por vergĂĽenza social, porque "Ă©l pensará que soy una zorra", y cosas similares. Pero todo eso lo debes dejar fuera de la cama.
Atrévete a cometer errores, a descubrir si algo te gusta o no, porque si no, tendrás esa duda el resto de tu vida. No pienses que eres demasiado mayor, o que ya tendrás tiempo para eso con una pareja estable. Evidentemente, hay determinadas cosas para las que necesitas confianza en la otra persona, pero cuando ya lo habléis, el resto vendrá sobre ruedas.
Nunca se es demasiado mayor para experimentar cosas nuevas.
La estrella de mar
Muchas mujeres piensan que con estar en la cama -o en cualquier sitio donde surja el tema- ya vale. Es lo que algunos conocen "la estrella de mar". SĂ, efectivamente, estar igual de quieta que una estrella de mar. Y casi con las extremidades estiradas. Vamos, que o Ă©l te dice algo, o te lo decimos desde aquĂ: no solo estĂ©s ahĂ, muĂ©vete, haz algĂşn ruido, intenta algo nuevo.
PiĂ©nsalo: si haces eso, ¿en quĂ© te diferenciarĂas con una muñeca hinchable? Porque ahora hay algunas que las hacen muy bien y muy realistas. AsĂ que deja las estrellas de mar cuando quieras estirarte tĂş solita en la cama, y haz que sea inolvidable cada vez.
Esperar que lo sepa todo
Esto abarca varias cosas. Primero, no tienes que esperar que tu pareja lo sepa todo sobre ti: qué quieres, qué esperas, dónde te gusta que te acaricien, qué es lo que no quieres, o lo que te molesta.
Igual que no sabes, de buenas a primeras, cómo le gusta el café, tampoco puedes esperar que él sepa cómo te gusta a ti. Y aquà no debes entrar en juegos de "soy convencional en el sexo", porque cada persona es un mundo.
No dejes todo el trabajo al pobre muchacho, tienes que saber también guiarle hacia tus orgamos, que eres una mujer del siglo XXI.
Ser demasiado suave
Mujer que estás leyendo esto: no creas que el hombre siente y piensa igual que tĂş. Efectivamente, ambos sois personas, pero las mujeres y hombres piensan y sienten diferente. AsĂ que no creas que Ă©l necesita, en ese momento eso que necesitas tĂş. Es decir, las mujeres suelen tener la piel más suave y son más receptivas a cualquier toque, y no siempre ellos son asĂ.
¿DĂłnde está el error? El error está en poner demasiada delicadeza, en prácticamente cualquier acto: ya sea acariciándole el cuello, la espalda, o el pene. ¿Por quĂ© es un error? Porque puede ocurrir que en vez de excitarle, le hagas cosquillas. Y que Ă©l se empiece a reĂr asĂ, en los preliminares, puede que te siente mal. Pero no es culpa suya, ni se está riendo de ti: es que eres demasiado suave con Ă©l.
Por supuesto, todo está en el equilibrio. Tampoco estás manejando una caja de herramientas (aunque a veces lo creas). No se trata de ir como si fueras a arreglar algo con una llave inglesa. Piensa en tocarle, como cuando vas a alcanzar algo, con la fuerza necesaria. Y sin pensarlo demasiado.
CrĂticas y comparaciones
A nadie le gustan las crĂticas. Pero las crĂticas constructivas son necesarias. Es decir, el error está en criticar abiertamente, sin pensar una soluciĂłn, en criticar para hacer daño. Si no te ha gustado el sexo, o algo que tu compañero haya hecho, no te ensañes, háblalo.
Y menos debes comparar. No mucha gente es totalmente experta, y a ti no te gustarĂa que te comparasen con una ex, asĂ que, ¿por quĂ© deberĂas hacerlo tĂş? Ni en temas de duraciĂłn, posturas o actitud. Una comparaciĂłn nunca debe ser permitida en una charla postcoital. Ahora bien, si tu pareja te pregunta si es mejor que tus anteriores parejas… ya es otro berenjenal aĂşn más grande.
Evitar el sexo con excusas
No te apetece. Y punto. Si hay algo que no te convence, que te hace sentir mal, que te hace querer evitar el sexo, háblalo. Pero una vez entras en la dinámica de "me duele la cabeza", caes en picado, y perderéis confianza.
Si es porque estás estresado, explica por quĂ©. Si es por algo que no te gusta, busca una forma suave de decĂrselo, pero dĂselo, y arregladlo juntos. Si es porque ya no hay "chispa" o quĂmica entre vosotros, pregĂşntate por quĂ©. Igual es hora de buscar cosas nuevas, de innovar. AsĂ que tienes una oportunidad ante ti para ser un poco más aventurera, o algo que siempre quisiste ser y no has podido hasta ahora.
La entrada Errores que cometen las mujeres en el sexo aparece primero en Ocio.
No llevar protecciĂłn
Eres una mujer del siglo XXI, asĂşmelo. AsĂ que si quieres tener sexo, puedes tenerlo cuando quieras y como tĂş quieras. Y lo mismo para los hombres. Pero no creas que porque Ă©l es el hombre, es quien deberĂa llevar los preservativos.
Asà que cuando salgas de fiesta, o en cualquier otra ocasión, lleva también los tuyos. Él no pensará que eres una zorra, sino que te quieres cerciorar de que lo que tendréis es una buena sesión de sexo seguro. Libre de enfermedades y embarazos no deseados.
DepilaciĂłn, ¿sĂ o no?
Este es un tema escabroso, porque hay opiniones de todos los gustos. Pero no nos estamos refiriendo solamente a la depilación púbica, sino también al resto del cuerpo. Piensa que como en muchas otras cosas, la cuestión está en el equilibrio.
Si te depilas o no, tiene que ser porque tú estás de acuerdo. Pero ten en cuenta que en esta cuestión, el error es asumir que los hombres lo quieren todo depilado. Ante todo, lo que ellos quieren es que tengas los bajos limpios y aseados, el resto, ya es cuestión de gustos. Porque igual tú te arriesgas porque crees que eso es lo que gusta a los hombres, te haces una depilación completa y puede resultar que la pareja de turno, prefiere un tupido arbusto. Y encima a ti te picará cuando crezca.
Pero vamos, que si tĂş quieres dejarte crecer los pelos del sobaco y seguir la moda de tintarlos en color pastel, pues nada, sobacos de colores para todo el mundo.
La ropa interior
Tema complicado cuanto menos. Ya lo decĂa Bridget Jones: llevar una faja aumenta la posibilidad de tener sexo esa noche. Pero el inconveniente es que Ă©l lo verá.
El error que se comete es que estás tomando decisiones en funciĂłn de lo que le gusta a tu pareja. SĂ, es verdad que quieres gustarle, pero siempre puedes encontrar un tĂ©rmino medio. AsĂ, puedes encontrar lencerĂa que sabes que le va a gustar a Ă©l, pero que además tĂş te ves preciosa, y no es tan incĂłmodo. A la primera persona que debes impresionar es a aquella que ves en el espejo todos los dĂas.
Es decir, nada de llevar las bragas de los domingos, esas que tienes con agujeros, o las que llevas cuando tienes la regla. Piensa en cada momento como que es una ocasiĂłn especial.
Actitud
No pienses que le estás haciendo un favor. No hay que pasarse de confianza. Muchas mujeres piensan que si dejan meterse en su cama a un hombre, es porque ellas son magnánimas y es un favor hacia ellos.
El sexo nunca debe utilizarse como moneda de cambio, sino que es algo que ambos queréis. En la cama sois iguales, debéis querer lo mismo, asà que si estás pensando que el hombre debe estar agradecido porque tú has permitido que se acueste contigo, igual la que está perdiendo eres tú.
Preocupaciones sobre el fĂsico
Vale, te has aseado y te has preparado todo lo que consideras necesario para tener sexo esa noche. Pero un error muy comĂşn que se comete, sobre todo las primeras veces con una pareja, es tener esos pensamientos de "estoy gorda", o "no le voy a gustar", porque si habĂ©is llegado hasta ahĂ, es porque precisamente le gustas.
Esa inseguridad te quita puntos, sobre todo en la cama. Hace que pierdas atractivo, y que el otro no estĂ© seguro sobre cĂłmo reaccionar. AsĂ que, ¡complejos fuera! Deja los complejos con tu ropa interior, porque ya en pareja, no los vas a necesitar.
Y ojo, si estás tan acomplejada, soluciónalo. No por el qué dirán, sino por ti, para sentirte mejor contigo misma.
No experimentar
Piensa esto: SĂłlo se vive una vez. ¿De verdad que, por miedo, no quieres probar eso de lo que hablan tanto? Y no nos estamos refiriendo a eso que llama sadomasquismo en "50 sombras de Grey", sino a cualquier cosa que te apetezca. Es un error muy comĂşn no atreverse a experimentar por vergĂĽenza social, porque "Ă©l pensará que soy una zorra", y cosas similares. Pero todo eso lo debes dejar fuera de la cama.
Atrévete a cometer errores, a descubrir si algo te gusta o no, porque si no, tendrás esa duda el resto de tu vida. No pienses que eres demasiado mayor, o que ya tendrás tiempo para eso con una pareja estable. Evidentemente, hay determinadas cosas para las que necesitas confianza en la otra persona, pero cuando ya lo habléis, el resto vendrá sobre ruedas.
Nunca se es demasiado mayor para experimentar cosas nuevas.
La estrella de mar
Muchas mujeres piensan que con estar en la cama -o en cualquier sitio donde surja el tema- ya vale. Es lo que algunos conocen "la estrella de mar". SĂ, efectivamente, estar igual de quieta que una estrella de mar. Y casi con las extremidades estiradas. Vamos, que o Ă©l te dice algo, o te lo decimos desde aquĂ: no solo estĂ©s ahĂ, muĂ©vete, haz algĂşn ruido, intenta algo nuevo.
PiĂ©nsalo: si haces eso, ¿en quĂ© te diferenciarĂas con una muñeca hinchable? Porque ahora hay algunas que las hacen muy bien y muy realistas. AsĂ que deja las estrellas de mar cuando quieras estirarte tĂş solita en la cama, y haz que sea inolvidable cada vez.
Esperar que lo sepa todo
Esto abarca varias cosas. Primero, no tienes que esperar que tu pareja lo sepa todo sobre ti: qué quieres, qué esperas, dónde te gusta que te acaricien, qué es lo que no quieres, o lo que te molesta.
Igual que no sabes, de buenas a primeras, cómo le gusta el café, tampoco puedes esperar que él sepa cómo te gusta a ti. Y aquà no debes entrar en juegos de "soy convencional en el sexo", porque cada persona es un mundo.
No dejes todo el trabajo al pobre muchacho, tienes que saber también guiarle hacia tus orgamos, que eres una mujer del siglo XXI.
Ser demasiado suave
Mujer que estás leyendo esto: no creas que el hombre siente y piensa igual que tĂş. Efectivamente, ambos sois personas, pero las mujeres y hombres piensan y sienten diferente. AsĂ que no creas que Ă©l necesita, en ese momento eso que necesitas tĂş. Es decir, las mujeres suelen tener la piel más suave y son más receptivas a cualquier toque, y no siempre ellos son asĂ.
¿DĂłnde está el error? El error está en poner demasiada delicadeza, en prácticamente cualquier acto: ya sea acariciándole el cuello, la espalda, o el pene. ¿Por quĂ© es un error? Porque puede ocurrir que en vez de excitarle, le hagas cosquillas. Y que Ă©l se empiece a reĂr asĂ, en los preliminares, puede que te siente mal. Pero no es culpa suya, ni se está riendo de ti: es que eres demasiado suave con Ă©l.
Por supuesto, todo está en el equilibrio. Tampoco estás manejando una caja de herramientas (aunque a veces lo creas). No se trata de ir como si fueras a arreglar algo con una llave inglesa. Piensa en tocarle, como cuando vas a alcanzar algo, con la fuerza necesaria. Y sin pensarlo demasiado.
CrĂticas y comparaciones
A nadie le gustan las crĂticas. Pero las crĂticas constructivas son necesarias. Es decir, el error está en criticar abiertamente, sin pensar una soluciĂłn, en criticar para hacer daño. Si no te ha gustado el sexo, o algo que tu compañero haya hecho, no te ensañes, háblalo.
Y menos debes comparar. No mucha gente es totalmente experta, y a ti no te gustarĂa que te comparasen con una ex, asĂ que, ¿por quĂ© deberĂas hacerlo tĂş? Ni en temas de duraciĂłn, posturas o actitud. Una comparaciĂłn nunca debe ser permitida en una charla postcoital. Ahora bien, si tu pareja te pregunta si es mejor que tus anteriores parejas… ya es otro berenjenal aĂşn más grande.
Evitar el sexo con excusas
No te apetece. Y punto. Si hay algo que no te convence, que te hace sentir mal, que te hace querer evitar el sexo, háblalo. Pero una vez entras en la dinámica de "me duele la cabeza", caes en picado, y perderéis confianza.
Si es porque estás estresado, explica por quĂ©. Si es por algo que no te gusta, busca una forma suave de decĂrselo, pero dĂselo, y arregladlo juntos. Si es porque ya no hay "chispa" o quĂmica entre vosotros, pregĂşntate por quĂ©. Igual es hora de buscar cosas nuevas, de innovar. AsĂ que tienes una oportunidad ante ti para ser un poco más aventurera, o algo que siempre quisiste ser y no has podido hasta ahora.
La entrada Errores que cometen las mujeres en el sexo aparece primero en Ocio.