Antes de ir a comprar un perro, pregúntese muy bien por qué quiere tener uno.
Antes de ir a comprar un perro, pregúntese muy bien por qué quiere tener uno. Antes de pensar en el animal que busca, recuerde que necesita salir por lo menos dos veces al día para hacer sus necesidades y para ejercitarse un poco. En ese sentido -dice el veterinario Henry Benavides- un perro no es muy diferente de un ser humano: simplemente imagine cómo sería estar todos los días encerrado en un apartamento en el que sólo le permitan ir una vez al baño.
Si está dispuesto a asumir la responsabilidad, piense entonces en su entorno. ¿Vive en casa o en apartamento?, ¿en su casa hay niños o personas mayores?, ¿lo quiere para ir con frecuencia a una finca o para que viva en ella?, ¿macho o hembra? Para un lugar pequeño lo recomendable es un perro que no sea muy grande, limpio y que ladre poco.
Una de las mejores opciones la constituye el pastor alemán: es paciente y protector con los niños. Y si lo que quiere es un perro que lo acompañe los fines de semana a la finca, los pointer, los beagle o los basset hound resultan ideales. Son perros de caza y les gusta la actividad física. Si vive en un apartamento pequeño y no quiere enloquecer a los vecinos, piénselo dos veces.
También hay que considerar si lo que quiere es hembra o macho. Las hembras entran en celo dos veces al año y eso puede exigir un poco más de atención. Pero no olvide que el deseo sexual de los machos es permanente y sólo hace falta que haya una perrita en celo en la cuadra para que los machos -incluido el suyo- se pongan como locos. Así es la naturaleza.